Summarize this content to 2000 words in 6 paragraphs in english El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirá el próximo mes de abril en China con el presidente de este país, Xi Jinping, dentro de una gira por Asia que incluirá también una parada en Vietnam, según ha adelantado este jueves Bloomberg y ha podido confirmar este diario. El viaje se prevé que se realice del 8 al 12 de abril. Sánchez es uno de los líderes europeos que más ha trabajado la relación con China, uno de los países que más veces ha visitado. La última fue muy reciente, en septiembre de 2024. El presidente español siempre busca al chino Xi en las cumbres, donde suelen tener bilaterales siempre en buenos términos. El último viaje inició con una tensión importante, ante la amenaza de China de una represalia a España vetando la entrada de carne porcina si la Unión Europea mantenía los aranceles a los coches eléctricos chinos. Sánchez hizo una defensa encendida de los coches chinos en su viaje y animó a sus socios europeos a replantearse esos aranceles. Finalmente, España cambió el voto inicial que tenía en esta cuestión y pasó del sí a los aranceles a una abstención, una decisión que bastó para que China cambiara su actitud con Madrid y levantara la amenaza sobre el porcino español. Sánchez está insistiendo mucho en la idea de que, ante la actitud de EE UU de cerrarse cada vez más y multiplicar los aranceles, la Unión Europea debe buscar alternativas como está haciendo reforzando sus lazos con el Mercosur, con Chile, con México, con Canadá y con la India. China, y también Vietnam, otra parte del viaje, está también entre esos países con los que Sánchez quiere estrechar relaciones para buscar alternativas a EE UU, aunque siempre es una cuestión delicada por el enorme déficit comercial que tiene el gigante asiático con la Unión Europea. En su último viaje, Sánchez ya pidió que China abra el mercado de este país a los europeos como ellos lo abren a los chinos, algo que no sucede en la actualidad. Pero el gesto de preparar un nuevo viaje muestra con claridad que Sánchez quiere estrechar los vínculos con un gigante con el que hay muchas tensiones comerciales y que además tiene un modelo completamente diferente al europeo en cuestiones básicas de democracia y derechos humanos, pero que a la vez apuesta por el multilateralismo, al contrario que Trump. El presidente de EE UU considera a Pekín su principal rival, casi enemigo, y, por tanto, este viaje de Sánchez supone también un alejamiento indirecto de la administración Trump.