Summarize this content to 2000 words in 6 paragraphs in english Llegó el momento decisivo para la reforma estrella de Yolanda Díaz y Sumar, la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. Y como sucedió con la reforma laboral, la otra gran medida estelar del socio minoritario de la coalición en la anterior legislatura, aumenta la tensión con el PSOE en la recta final, en la que se tiene que cerrar el pacto para llevar la ley al Consejo de Ministros. Sumar quiere aprobarla ahí en enero para empezar a tramitarla cuanto antes en el Congreso. Pero sobre todo exige que, tal como establece el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Sumar, esta ley entre en vigor antes de que acabe 2025.Fuentes del grupo de Díaz señalan que en los últimos días se ha recrudecido la discusión interna sobre todo por dos puntos, que reflejó con claridad Díaz en sus respuestas a la prensa tras el Consejo de Ministros. El principal es el momento de entrada en vigor. Según estas fuentes, Economía está planteando una aplicación gradual, no ya inmediata en 2025, para dar tiempo a las empresas a adaptarse y negociar convenios colectivos en vigor. Pero Díaz exige el cumplimiento del acuerdo de Gobierno, que señala que tiene que aplicarse la reducción en 2025. Fuentes de Economía evitan entrar en polémica con Sumar y señalan que ellos han tenido siempre una posición “constructiva” en el debate interno y externo, y no quieren bajar ahora al detalle de la discusión técnica. Cuerpo ha dejado claro en varias ocasiones que prefería que entrara la patronal y ha dicho claramente que “la reducción de la jornada laboral debe evitar efectos negativos en el sector productivo”. La otra discusión entre Trabajo y Economía, según Sumar, es cómo hacer para que también se beneficien de esta reforma los trabajadores a tiempo parcial, si no es con una reducción de jornada, que no tendría sentido para ellos, sí al menos con un aumento de salario.Más allá de la discusión interna en la coalición, el problema de la ley es que no está claro que vaya a tener apoyos suficientes en el Congreso porque Junts podría tumbarla. Precisamente por eso este lunes se fue a visitar a Carles Puigdemont a Waterloo Pepe Álvarez, líder de la UGT, para intentar convencerlo de que se replantee ese no. El Gobierno y los sindicatos están a punto de firmar el acuerdo definitivo, probablemente esta misma semana. Pero la patronal se ha quedado definitivamente fuera, y Díaz fue muy crítica con ellos, que han llegado a señalar que la vicepresidenta segunda tiene una “obsesión” con la reducción de jornada. Al quedar fuera la patronal y ponerse muy en contra, esta posición puede influir sobre Junts, siempre sensible a lo que dicen los empresarios catalanes, que rechazan de plano la reforma. En cualquier caso, tanto los sindicatos como Sumar confían en convencer a Junts para que al menos permita que se tramite la ley cuando llegue al Congreso y a partir de ahí discutir en el trabajo parlamentario los detalles.Díaz fue muy clara en su mensaje al PSOE y al propio Cuerpo, al que no mencionó en ningún momento, mientras la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no quiso entrar a la discusión con la vicepresidenta. “Se va a cumplir el acuerdo de Gobierno. El 31 de diciembre de 2025 toda la población va a ver reducida su jornada laboral. Llevamos un retraso de un año, pero se va a respetar el acuerdo de gobierno. Y también se van a cumplir las sentencias del TJUE sobre el trabajo a tiempo parcial, que en España tiene sobre todo rostro de mujer. El Gobierno va a cumplir porque lo contrario supondría que el Gobierno le dijera a las mujeres que se van a ver penalizadas por la reducción de la jornada”, aseguró.Díaz fue muy explícita sobre la necesidad de que la ley entre en vigor en cuanto se apruebe sin cadencias, y recordó que así se hizo en 1983, en la anterior reducción de jornada, de 48 horas a 40, que también contó con el rechazo frontal de la patronal. “Si ven el debate del 83, con Felipe González, verán que la ley entró en vigor al día siguiente de su publicación. Esto fue fruto de una negociación dura dentro del Gobierno, que resolvimos Pedro Sánchez y yo, y por eso se incluyó en el acuerdo de Gobierno ese compromiso de que el 31 de diciembre de 2025 estaría en vigor la reducción de la jornada. Y lo vamos a cumplir”, insistió, en tono retador.Sánchez ha dicho en varias ocasiones que va a cumplir ese compromiso y habrá reducción de jornada laboral, pero nunca ha entrado en el detalle de la fecha y siempre ha señalado que había que intentar acordar con la patronal, algo que ahora se ha demostrado inviable. Díaz además recordó que algunos avances por los que apostó Sumar y antes Unidas Podemos implicaron discusiones fuertes en la coalición, pero ahora Sánchez los reivindica como propios. “Desde la subida del SMI a la reforma laboral, todas estas normas han sido discutidas, pero hoy todo el mundo presume de ellas. Estoy segura de que la reducción de la jornada será una de esas normas. Y también estoy segura de que también va a ser eficiente económicamente. Nada aumenta más la productividad que esta reforma”, insistió.Díaz fue especialmente dura con la patronal. “Creo que patronal española debe explicar por qué quiere castigar a las mujeres trabajadoras, porque esto tiene un impacto de género. Cajeras, dependientas, reponedoras, trabajadoras en la agricultura, son las que más se beneficiarían. Muchos trabajadores ya tienen las 37,5 horas semanales en sus convenios. ¿La patronal quiere trabajadores de primera y de segunda? Somos la economía que más crece de Europa, la productividad ha crecido 2,5 puntos. ¿Por qué no quieren repartirla? El presidente de la patronal, desde aquella fallida foto con Milei, no ha hecho más que alejarse del sentido de la institucionalidad al que se debe. Atiende más a intereses partidistas que a intereses generales”, lanzó Díaz en referencia a Antonio Garamendi, que posó con el presidente argentino en una encuentro en su última visita a Madrid. Además, aprovechó para meter presión al PP. “Me preocupa lo que va a hacer el PP. Dos de cada tres españoles quieren reducir la jornada laboral, incluidos los votantes de Vox. ¿Va a hacer el PP lo mismo que hizo con la reforma laboral? ¿Comprar presuntamente a dos diputados para intentar tumbarla?”, se preguntó.

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