Summarize this content to 2000 words in 6 paragraphs in english “En 2025″, afirma la Estrategia de Acción Exterior del Gobierno hasta el año 2028, “nuestras sociedades asisten a la erosión del orden construido tras la Segunda Guerra Mundial, con un cuestionamiento de las reglas y principios que durante varias décadas han aportado un grado razonable de orden y previsibilidad a las relaciones internacionales”. El documento, aprobado el pasado martes en Consejo de Ministros, y al que ha tenido acceso EL PAÍS, se divide en tres grandes ejes: la necesidad de reforzar la autonomía europea, tanto económica como de defensa; la apuesta por la cooperación al desarrollo y la respuesta ante la emergencia climática; y lo que llaman “resiliencia democrática” en un contexto de alta polarización y con campañas orquestadas para promover discursos de odio y desinformación a escala internacional desde las redes sociales. Estas son las principales propuestas de la hoja de ruta del Gobierno en materia de política exterior:Frente a la amenaza de EE UU, “más Europa”España aboga por una “transformación estructural” de las instituciones y las políticas de la Unión Europea que incluya un incremento de sus “capacidades de disuasión y defensa” ante “la degradación de la seguridad en Europa y en su entorno estratégico”, que se une “al cambio de prioridades estadounidense”. Según el documento, el país se posiciona contra el “repliegue comercial” que constata que se está convirtiendo en una “tendencia a nivel mundial” con la diversificación de las cadenas de suministro, la profundización de las actuales alianzas y creando nuevas “relaciones de confianza”. En la semana en la que el presidente de EE UU, Donald Trump, ha acabado lanzando una andanada de aranceles, España pide que la UE refuerce sus “mecanismos de defensa y disuasión económica” frente a “tácticas coercitivas” de terceros a través del refuerzo de “sus instrumentos de defensa comercial”. Y para ello, cree que la UE debe “dotarse de más capacidad técnica en sanciones” y “control de exportaciones”, así como de un marco más coordinado y estructurado entre los Estados miembros en materia de control de inversiones.El texto que fija la posición para la acción exterior española expone también una transformación profunda de la UE en varias direcciones. Una de ellas pasa por el elevar el listón en el ámbito de la defensa, pasando “progresivamente” de la actual Política Común de Seguridad y Defensa a “una verdadera defensa común” en un sentido muy amplio, que vaya desde “los dominios de la defensa tradicional” a otros como las amenazas híbridas o las amenazas terroristas, en línea con lo respaldado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Bruselas. Ese refuerzo, prosigue el documento también debe “reflejarse en la planificación y desarrollo” de capacidades de “mando y control”, por ejemplo, para “reforzar la Capacidad de Despliegue Rápido de la UE”, así como en el desarrollo de una “base tecnológica e industrial” de ese sector.Dados los desafíos que afronta, España considera que la UE debe dar también un salto en el tamaño de sus Presupuestos, que tradicionalmente han sido de un monto equivalente al 1% de la Renta Nacional Bruta (RNB) europea y que en cada negociación los países del Norte pugnan por reducir. El Gobierno de Sánchez ambiciona todo lo contrario: “España defiende empezar por doblar los recursos europeos en el próximo Marco Financiero Plurianual”, sostiene, mediante nuevos recursos propios y la emisión de deuda conjunta, que ya ha ensayado recientemente, por ejemplo, con los fondos Next Generation EU (750.000 millones) o con el sistema para financiar sistemas de protección de empleo como los ERTE (100.000 millones). “Solo con ambición presupuestaria será posible afrontar los nuevos retos estratégicos, en especial en materia de competitividad, incluida la triple transición verde, digital y social y la seguridad y defensa, sin sacrificar las políticas que han dado sentido a la Unión, como la agrícola y pesquera o de cohesión”, afirma el texto.España, que apuesta por ir dejando atrás la necesidad de adoptar decisiones en la UE por “unanimidad”, ve clave aumentar la competitividad económica del bloque, en línea con las conclusiones del Informe Draghi, y profundizar en el mercado único sin renunciar a la “certidumbre regulatoria” que ofrece Bruselas. El documento aboga, asimismo, por liderar la “descarbonización” de la economía y reivindica la “soberanía digital” de los Veintisiete, en la que hasta ahora ha estado rezagada, en especial respecto a Estados Unidos.Multilateralismo: limitar el uso del vetoEl Gobierno se compromete a “mantener el apoyo integral a Ucrania en la defensa de su soberanía”, así como “acompañar los procesos de adhesión de los Balcanes Occidentales y del resto de países candidatos” a entrar en la UE. Con la invasión rusa, el Ejecutivo considera que han quedado constatadas “las debilidades del multilateralismo” y la “parálisis del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”. “Ante la inacción”, añade el documento, España propone reforzar lo que funciona y reformar lo que no. Así, plantea la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que sea “más eficaz, transparente y representativo” ampliando el número de miembros no permanentes y limitando el uso del veto.Para España también resulta primordial “asegurar la centralidad de la Organización Mundial de la Salud”, debilitada tras la decisión de Trump de abandonar el organismo, del que EE UU era el primer contribuyente. “Seguiremos impulsando sus trabajos tras nuestra incorporación a su Comité Ejecutivo y, en particular, las negociaciones de un tratado internacional sobre pandemias. Asimismo, trabajaremos para avanzar hacia una cobertura sanitaria universal a partir de la experiencia de nuestro sistema nacional de salud y se adoptará una Estrategia de Salud Global, orientada a reforzar el papel de España y de nuestra cooperación en este ámbito”, afirma el documento estratégico.El texto ratifica asimismo el compromiso de España con la justicia internacional y en concreto, con el Tribunal Penal Internacional, después de que Hungría anunciase esta semana su salida del organismo para recibir al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sobre el que pesa una orden de arresto por crímenes de guerra y contra la humanidad en Gaza.Cooperación al desarrolloFrente a la guerra declarada por Trump desde EEUU contra las entidades de ayuda y cooperación al desarrollo, España también apuesta como “política de Estado” por la cooperación al desarrollo como una herramienta para la paz y la seguridad. Pero el documento plantea la necesidad de promover “una nueva narrativa” sobre la materia, que transite “de la lógica de la ayuda a la de la alianza”, objetivo de la cuarta Conferencia para la Financiación del Desarrollo que tendrá lugar en Sevilla este verano. Además de “reforzar los compromisos presupuestarios” [para alcanzar el 0,7% de la RNB en 2030], el Gobierno quiere reformar el sistema de cooperación para que esta sea descentralizado (incluyendo a comunidades autónomas y Ayuntamientos, universidades, ONG y al sector privado), y que la nueva regulación de subvenciones sirva para agilizar los procesos.“Resiliencia democrática”El documento expone como un riesgo para la convivencia y los propios procesos democráticos, “los sesgos algorítmicos, la erosión de la privacidad y el incremento de estrategias híbridas de desinformación, manipulación e interferencia de información extranjera (FIMI) o los ciberataques”, junto a la amenaza de la inteligencia artificial, que en las manos equivocadas puede contribuir a “distorsionar la realidad y fomentar la polarización mediante la creación de contenidos falsos”. “Hay actores”, explica el texto, “que pretenden aprovechar la diversidad, la apertura y el pluralismo de las democracias como una suerte de `talón de Aquiles’ geopolítico. Mediante estrategias híbridas que incluyen la manipulación mediática, la promoción de narrativas de decadencia europea, desinformación climática o migratoria, buscan erosionar la confianza ciudadana en las instituciones y alimentar el extremismo para legitimar sus modelos autoritarios y reconfigurar el orden internacional en su beneficio”. Para combatir esto, España apuesta por “una mayor transparencia, neutralidad y rendición de cuentas por parte de plataformas tecnológicas”. “El anonimato no puede ser sinónimo de impunidad para la comisión de delitos, ni servir de herramienta para la suplantación de identidad y prácticas ilícitas y fraudulentas. Es necesario también profundizar en la transparencia algorítmica. Las plataformas y sus directivos deben responsabilizarse del impacto negativo de sus servicios y sus conductas. Junto a los actores públicos, las plataformas digitales deben colaborar para atajar las operaciones de influencia extranjeras y la desinformación, priorizando la protección de los grupos vulnerables frente a los discursos de odio”, añade el documento.La relación con MarruecosPese al cambio de postura del Gobierno respecto al Sáhara, la única referencia sobre el asunto en el documento estratégico de la Acción Exterior afirma que España ”seguirá apoyando la insustituible labor de Naciones Unidas en la promoción de la paz y seguridad internacional a través de su arquitectura institucional pero también a través de la labor política de los Enviados Especiales, como los de Siria, Yemen o el Sáhara Occidental”. En junio de 2022, el presidente del Gobierno ratificó el giro que implicó que España tomase abiertamente partido por Rabat al considerar su propuesta de autonomía como “la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso” en la excolonia española. La hoja de ruta en Política Exterior de aquí a 2028 afirma que “las relaciones bilaterales con Marruecos se encuentran en su mejor momento”. El pasado febrero, el PSOE fue el único partido que votó en contra de la toma en consideración de una proposición de ley de Sumar, socio en el Gobierno de coalición, para facilitar conceder la nacionalidad a los nacidos durante el periodo de administración española del Sáhara Occidental.