La Plaza de la Merced en el centro de Málaga es un lugar emblemático que alberga la Casa Natal de Picasso y numerosos establecimientos de ocio. Sin embargo, un informe encargado por el Ayuntamiento revela que hasta el 53,7% de las viviendas en el barrio tienen uso turístico, lo que ha llevado a la prohibición de nuevas licencias en 43 barrios de la capital donde se supera el 8% de viviendas de este tipo. Esto ha generado una crisis de acceso a la vivienda para los residentes debido al aumento de precios de compra y alquiler.

La manifestación “Málaga para vivir, no para sobrevivir” puso de manifiesto la preocupación por la situación de la vivienda en la ciudad, con hasta 15,000 personas protestando por la pérdida de vecinos y la dificultad de convivir rodeados de pisos turísticos. Un estudio de la Universidad de Málaga también ha destacado que la vivienda es la principal preocupación en la capital. Ante esta presión social, el Ayuntamiento ha tomado medidas para regular la proliferación de viviendas turísticas, estableciendo limitaciones y prohibiendo nuevas licencias en ciertas zonas.

El aumento de viviendas de uso turístico ha generado problemas de convivencia y expulsión de residentes en los barrios donde supera el 8%. El crecimiento de este tipo de alojamientos ha sido particularmente intenso en zonas turísticas como el casco histórico y cerca de la playa. El informe destaca que los precios de alquiler y compra han aumentado significativamente, con un incremento del 18% en venta y 13% en alquiler en el último año. Esto ha generado dificultades para la población residente en acceder a vivienda asequible.

La concejal de Urbanismo, Carmen Casero, anunció la prohibición de nuevas licencias en los barrios con más del 8% de viviendas turísticas, argumentando razones de interés general. Sin embargo, la patronal de viviendas turísticas ha criticado estas medidas como limitativas y perjudiciales para los propietarios. A pesar de la protesta de la asociación, el Ayuntamiento ha decidido tomar medidas para garantizar el derecho a la vivienda de la población residente y evitar la especulación inmobiliaria.

El informe señala que el aumento de viviendas de uso turístico ha provocado un incremento de los precios en alquiler y venta, con una rentabilidad cuatro veces superior a la del mercado tradicional. Durante la crisis sanitaria, muchos pisos vacacionales se destinaron al mercado de larga temporada, lo que contuvo los precios. Sin embargo, a medida que regresaron al sector turístico, los precios se dispararon. Esto ha generado una crisis de acceso a la vivienda para la población residente y ha llevado al Ayuntamiento a establecer limitaciones en la concesión de nuevas licencias.

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